Si compartes tus sueños, soñarás más fuerte
Durante las dos últimas décadas se han hecho famosos los anuncios en televisión del Club Atlético de Madrid. Desde los primeros que trataban de recuperar la moral de los aficionados tras el bache que llevó al equipo a Segunda División en la frontera del siglo XXI (Papá, ¿por qué somos del Atleti?) han cosechado numerosos premios publicitarios con mensajes de un fuerte componente emocional.
Uno de los más celebrados fue el titulado Vamos a soñar más fuerte, realizado por la prestigiosa agencia Sra. Rushmore, para aprovechar la circunstancia de que el Atlético iba a disputar en 2010 dos finales, una europea y otra nacional. La posibilidad del «doblete» estaba cerca. En el spot aparece un niño durmiendo y una voz en off le dice que en esos días «todos tenemos un sueño, el de volver a tocar el cielo, porque nos lo merecemos». La voz advierte que hay un problema: ese mismo sueño lo tienen también los ingleses y los sevillistas, rivales en cada una de esas finales. Pero, no hay problema: «lo que no saben ingleses y sevillistas es que ellos, los atléticos, sueñan más fuerte».
El anuncio era realmente bueno y enlazaba con una moda que se utilizaba mucho en esos años en Comunicación Interna Corporativa, la del storytelling. Se trataba de crear una narrativa, basada en los valores corporativos, conducente a generar un argumento, una historia, que se pudiera identificar con valores y objetivos compartidos por todos los públicos a los que se dirigía en mensaje, el relato, de la empresa. Estaba basado en la misión de la compañía.
Después se dio un paso más y de la misión (trabajo, función o encargo que alguien debe cumplir) se pasó a hablar de visión: imagen o percepción que se tiene de algo. Es decir, cómo vemos o cómo queremos ver la realidad en función de nuestros intereses. En mi opinión esto es lo que ha hecho que haya dejado de hablarse de storytelling para ir más allá y pasar a hablar de storydoing. El concepto viene a significar que queremos que los públicos a los que se dirige la empresa no sean sólo sujetos pacientes del relato sino también protagonistas del mismo, que se impliquen más en nuestro relato. Pasar del dicho al hecho.
Un paso más allá
Sin embargo, la dialéctica empresarial sigue avanzando y ya es un lugar común hablar del propósito, otro paso más allá de la visión, en el sentido de la firme determinación de hacer algo. Si esto es así, y sin duda lo es, hay que dar un paso más en el storydoing. Hay que ir más allá. Quizá la alternativa pueda ser el storydreaming. Si quieres que algo suceda tienes de visionarlo antes, tienes de anticiparlo, tienes que… soñarlo. Ya decía Walt Disney que «si puedes soñarlo, puedes hacerlo».
Ciertamente perseguir un sueño es ir más allá de lograr un propósito. Quizás el viaje sea largo, como si nuestro destino fuera Ítaca, pero cuando nuestra meta esté en el horizonte nuestros objetivos tendrán verdadero alcance y vocación de permanencia. Trabajemos con visión de largo plazo y con un propósito claro y firme. Seamos capaces de soñar nuestros objetivos y de trasladarlos a los públicos que nos van a ayudar a hacerlos posibles.
Como decía al principio, en 2010 el Atlético de Madrid jugó dos finales, la de la Europa League y la de la Copa del Rey. La primera se la ganaron al Fulham inglés pero la segunda la perdieron con el Sevilla. La conclusión es que los aficionados habían soñado fuerte, muy fuerte, mucho más fuerte que los ingleses, aunque posiblemente menos fuerte que los sevillistas. El mensaje es claro: compartamos nuestros sueños, nunca renunciemos a ellos pero, sobre todo, soñemos muy fuerte.
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